¡Hablemos sobre la Personalidad de Marca!
Estrategia Digital

¡Hablemos sobre la Personalidad de Marca!

Es un día normal en la agencia, a pesar del mundo en pandemia. Estás bien con los pendientes, casi al día con todo, ponés música para acompañar la jornada y el cliente no pidió cambios en la última propuesta que le mandaste… Hasta que una notificación en tu bandeja de entrada te trae de vuelta a la realidad:

“Necesitamos que hagas una personalidad de marca para este cliente, lo antes posible”.

Ok, ahora es el momento en que, además de buscar información sobre la marca, probablemente “googlees” el término y busques ejemplos concretos. Luego de un tiempo de batalla, no encuentras lo que buscas y ahí entra la duda: “¿de qué manera presento esto?”.

A diferencia de lo que es crear un personaje, para la personalidad de marca se necesita definir un conjunto de características, valores y emociones. Por eso, aquí te compartiremos unos pasos sencillos para elaborar tu personalidad de marca (no incluye el milagro de que el cliente no pida cambios):

Análisis: en primer lugar, tenés que ponerte en la piel de la marca y preguntarte: ¿Cuáles son mis valores? ¿A qué público me dirijo? ¿Qué esperan de mí en redes sociales? ¿Qué puedo ofrecer?
Acá no hay respuestas correctas o incorrectas, sino la intención de recabar toda la información posible que te permita determinar el tono de comunicación y las acciones a seguir a partir de ahí.

Atributos: Una vez encontrado y definido el sentido de la existencia de tu marca, el siguiente paso es designar los atributos que la hacen especial, sus conductas y “modo de vida”, en pocas palabras: su forma de ser.

También tenés que tener en cuenta los valores a los cuales quieres que tu marca esté asociada. En este punto, tienes que idealizarla y proyectarla como una persona: cómo vive, cómo es con los demás, de qué manera se comporta, entre otras cualidades. Quizá este pequeño cuestionario pueda ayudarte:

-Sexo y edad
-Estado civil
-Ocupación
-Intereses y hobbies
-Cómo maneja sus redes sociales
-Dónde vive y qué hace en sus tiempos libres
-Actitud (si es comprometida, divertida, hogareña, responsable, entre otras)
 
Tono: ya que se trata de entablar conversaciones con nuestro público objetivo a partir de una personalidad, lo ideal es asignar un tono al lenguaje que vamos a utilizar. Acá definimos si seremos formales o informales, qué atributos tendrá y las características. Ejemplo: un tono apasionado que tenga estas características: entusiasta, sincero, orientado a la acción.

Ahora, ¿cómo condensamos esta información? Una vez vistos los elementos y reunidos todos los datos clave vamos a ir a lo último, pero no menos importante: la presentación. 
Cuando de presentar/vender se trata, la imagen es clave. Entonces, tienes que armar la presentación de la personalidad de tu marca de una manera presentable –valga la redundancia-.

¿Cómo hacerlo?
Si no cuentas con un formato preestablecido, o no tienes un amigo diseñador que te ayude en el momento, ¡no desesperes! Con armarlo en un Word o en un ppt sencillo ya cuenta, 
Lo ideal es que hagas un esquema bien claro y sencillo de toda la información, y que en la redacción hables de tu marca como si fuera una persona, por ejemplo:

“______ (nombre de la marca) es una mujer de 40 años, trabaja como corredora de seguros y vive en un barrio tranquilo, a no menos de 10 Km de su lugar de trabajo. Quienes la conocen aseguran que es una persona cálida, paciente y muy dispuesta a ayudar a quienes necesitan.
Entre sus principales hobbies está la jardinería, de hecho, cuenta con una huerta urbana para consumo propio. Es una mujer moderna, divertida, apasionada por la excelencia y muy comprometida. Le gusta salir con amigos, además de viajar y aprender sobre otras culturas. Está actualizada al 100% en sus redes sociales, las usa todo el tiempo y dedica buena parte de él a compartir sus conocimientos en jardinería y fotos de los destinos que va conociendo”.

Tono de comunicación

Apasionada: Habla de lo que le gusta, comparte sus conocimientos, su trabajo, y lo que va aprendiendo.
Responsable: Si se equivoca, se hace cargo de las consecuencias y resuelve sus errores.
Auténtica: No hay diferencia entre sus valores en la vida real y en las redes sociales. No le teme al cambio, siempre está dispuesta a todo. Es muy transparente con sus valores y emociones.

Una marca sin personalidad es asegurar el olvido por parte de los consumidores, ya está más que dicho y aclarado que lo de hoy es generar valor, un factor clave para el éxito en el posicionamiento digital. 

Así que, definir una personalidad de marca no es más que encontrar los lineamientos necesarios para trabajar correctamente en la comunicación de manera a diferenciarte de tu competencia y conectar emocionalmente con tu público objetivo.

Estela Ojeda

2020-07-31

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